Tesis doctoral de Vanina Hofman, UOC, 15 de  Enero 2016 FELICIDADES!

En una época en la cual el debate sobre la preservación, la memoria, y el olvido están a la orden del  día,  esta  investigación  se  cuestiona  la  linealidad  y  transparencia  de  los  procesos  por  los cuales  se  preservan  y  transmiten  los  productos  culturales;  los  agentes  heterogéneos involucrados en esos procesos y los espacios que articulan. Específicamente, se pregunta por los modos de preservar y desechar el arte de los medios, y cómo a partir de éstos se configuran las nociones de permanencia, memoria y olvido en el seno de la cultura digital. A este interrogante  lo  secundan  dos  subpreguntas  que  permiten  orientar  su  sentido  en  términos  materiales (Ingold,  2012; Domínguez Rubio,  2014)  y  cosmopolíticos  (Stengers,  2010):  ¿cómo  se aborda lo material en cada uno de estos modos de preservar? y ¿cómo contribuyen los modos de preservar “menos visibles” al panorama de la transmisión del arte de los medios? La tesis que defiendo —anclada en el trabajo empírico desarrollado en Argentina, a partir de la perspectiva  metodológica  de  la  Grounded Theory (Glaser  &  Strauss,  1967)— es  que  la preservación del arte de los medios se produce por la coexistencia de diversos modos de recibir, transformar y legar las artes de los medios. Algunos de estos se reconocen más fácilmente como actos  de  preservación  (p. ej. la labor  de los  conservadores restauradores  que  operan  sobre las colecciones de los museos) y otros menos; sin embargo, es el conjunto de todas estas formas —en su diversidad y dispersión— lo que permite la preservación.El   análisis   de   estos   casos   ha   hecho   estallar   entre   mis   manos   cualquier   vocación   de   definir   de forma  unívoca  el  concepto  de  ‘preservación’;  sus  acepciones  se  han  multiplicado  y  su  adjetivación se   ha   tornado   disímil   para   cada   situación  abordada.  Para   poder  asir   y  explicar  estos  modos   de preservar   (y   desechar)   y   los   vínculos   rizomáticos   que   establecen   (Deleuze,   &   Guattari,   1977), este   trabajo   se   ha   articulado   en   diálogo   con   la   noción   de   “ecología   de   prácticas”   de   Isabelle  Stengers   (2010).   La   ecología   de   prácticas   es   entendida   como   una   herramienta   para   pensar   a  través   del  medio,   para   reconocer   y   explicar   un   terreno   de   formas   divergentes   adelantadas   por  conservadores,   archiveros,   coleccionistas,   artistas,   tecnólogos,   comisarios,   historiadores,  productores  culturales  e  interactores,  en  su  convivir  con  los  obras,  los  proyectos  y  los  materiales;  así  como  dar  cuenta  de  posicionamientos  y  valores  (aquello  “que  cuenta”).  Y,  sobre  todo,  hacerlo desde  una  óptica  del  proceso  (Stengers,  2010)  y  en  tiempo  presente.